«El problema no es la Ley Trans sino los delincuentes que cometen el fraude»

La portavoz de Naizen critica que se esté poniendo en entredicho la Ley Trans y que ello perjudique a los derechos de estas personas. Según Sever, «nadie se plantea que de repente haya que modificar la ley de matrimonio porque hay un matrimonio de conveniencia o que haya que recortar los derechos laborales porque alguien se ha cogido una baja laboral por ansiedad y era para irse de vacaciones. Sin embargo, con la Ley Trans sí que se hace esto, porque hay un caldo previo generado. El hecho de que determinadas personas intenten cometer fraude ocurre con todas las leyes», pero insiste en que «no se pueden recortar los derechos de un colectivo porque haya determinadas personas que delinquen. El problema no es la ley, el problema son los delincuentes».

Asimismo, Sever recuerda que la Ley Trans estatal recoge esta casuística en su artículo 46, «precisamente hablando además de casos de violencia de género e incluso tiene una responsabilidad civil».

Sin embargo, teme que el desconocimiento general y «el ambiente» que se ha ido propiciando «a través de mensajes de ciertos grupos» cale en la sociedad y se acabe pensando que la ley «tiene lagunas». De hecho, «ya se empieza a decir, desde el desconocimiento, que cualquiera puede hacerlo (el cambio de sexo), que hay mucha gente beneficiándose de esto... cuando es absolutamente falso».

Sever defiende la norma actual y enumera leyes «muy similares» desde 2012 en Argentina, 2014 en Noruega... «o incluso el decreto del Gobierno Vasco de 2015 que permite obtener una documentación transitoria acorde al sexo. «Nunca habían traído ningún tipo de problemas hasta que ha surgido este fenómeno de personas de un perfil determinado antiderechos trans que han intentado bombardearla», afirma.

Lo cierto es que desde su tramitación, la Ley Trans que entró en vigor el pasado 2 de marzo de 2023, no ha estado exenta de polémica. La norma permite la autodeterminación de sexo en el Registro Civil. Así, el acceso a la condición de hombre o mujer que antes exigía un acompañamiento clínico y el aval de un juez queda en la declaración de voluntad del solicitante, un aspecto que ha sido cuestionado por la 'facilidad' con la que uno puede cambiar de sexo.

En este sentido, la portavoz de la asociación de familias de menores transexuales de Euskadi defiende que «lo único que se está cumpliendo son las directrices de la Organización Mundial de la Salud y el rigor científico, en el sentido de que se sabe que la identidad no se puede diagnosticar. Además, el hecho de presentar documentos médicos también era muy sencillo, porque te lo podía hacer cualquier amigo que fuera psicólogo clínico o colegiado, por lo que no ha cambiado tanto en ese sentido. Sí la obligatoriedad de hormonarse». Sea como fuere, «no podemos infringir los derechos humanos ni dificultar el trámite a unas personas porque puede que alguien cometa delito de fraude de ley».

En este caso concreto, el ertzaina, acusado de un delito grave de amenazas, había acudido hace meses al Registro para que en los documentos oficiales figure que es una mujer, un cambio que no todos conocían en su entorno. Los que lo sabían se sorprendieron porque este individuo, de gran corpulencia, «se sigue refiriendo a sí mismo en masculino y sigue comportándose, hablando y vistiendo exactamente igual que antes», según fuentes de su entorno laboral. En este sentido, Sever considera que «hay muchos indicios de que esta persona estaba cometiendo fraude de ley. Es fácil hacer hacer un seguimiento a través de testimonios si habla de sí mismo en masculino, si ha cambiado en resto de documentos como títulos previos...».

Por de pronto, la Fiscalía de Gipuzkoa ha abierto pesquisas para tratar de averiguar si el ertzaina en cuestión ha cometido un «fraude de ley» al cambiar de género en la documentación y dará parte del caso a la sala de Violencia de Género de la Fiscalía General del Estado, donde se siguen a conciencia los posibles fraudes de ley derivados de la Ley Trans, en estos momentos un total de seis.